Quedate tranqui

Riquelme empezó con kinesiología y masajes para aflojar la contractura. Y en la intimidad comentó que no se pierde la revancha contra Libertad.

Si fuera por el buen humor que mostró en la mañana de Casa Amarilla no sólo se podría afirmar que jugará contra Libertad sino que la contractura en el muslo derecho ya empezó a quedar en el olvido. Porque Juan Román Riquelme arrancó la rutina de kinesiología, fisioterapia y masajes para aflojar la dureza en su bíceps derecho con la sonrisa amplia que lo caracteriza y la mejor predisposición para dejar atrás esta molestia que le apareció tras el empate con Libertad y les erizó la piel a todos los hinchas de Boca. Además, entre ejercicio y ejercicio, Román tranquilizó a sus íntimos por partida doble: les aseguró que jugará la revancha con Libertad y, de paso, les garantizó que de Asunción se traerán la clasificación a semis.

Cada minuto cuenta para poner a la figura de Boca en las mejores condiciones para el partido del jueves, en el que Boca deberá ganar (o empatar por dos o más goles) para conseguir el pase a la próxima ronda. Por eso Romy esta tarde no jugará contra Quilmes —por segunda vez en el torneo desde que volvió— y aprovechará para descansar los músculos después de una seguidilla agotadora de diez partidos, ocho de los cuales los jugó cada tres días, y muchos de ellos con un desgaste notable. El físico le pidió un descanso tras el partido con Libertad, con una molestia que se hizo contractura y que por poco no se convirtió en desgarro, y ahora Riquelme cumple con la sesión de kinesio y fisioterapia que le ordenó el cuerpo médico. Además de esta rutina que repetirá en estos días, más los masajes, si el músculo va respondiendo posiblemente a partir de mañana incorpore algunos ejercicios regenerativos en el campo de juego, para no perder la condición física.

A esta altura, en La Boca, todos están pendientes pero nadie imagina que Riquelme no esté en este partido decisivo contra Libertad. Y nadie tiene más fe que el propio Román...