Lesionado y todo, se las ingenió para marcarle el camino a Boca

Libertad 0-2 Boca Juniors (0-1 Riquelme)
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Riquelme jugó con molestias físicas, pero anotó el primer gol y fue la figura de la emotiva clasificación xeneize

No bien el árbitro Oscar Ruiz decretó el final del partido entre Boca y Libertad, el último jueves, en una Bombonera decepcionada tras el apático empate 1-1, todas las miradas se dirigieron a Juan Román Riquelme. Las evidentes dificultades físicas que el estratego xeneize exhibió para abandonar el terreno y la posterior confirmación de que poseía una fuerte contractura en el isquiotibial derecho (por lo bajo, un allegado al club confirmó que en realidad padece un pequeño desgarro), lo puso en el centro de la escena diariamente y hasta anoche. Sucede que en Boca dependen mucho de lo que pueda crear el N° 10; rara vez, los xeneizes se iluminaron ofensivamente sin su influencia.

Si bien cada vez que le preguntaron a Miguel Angel Russo por la situación de Román, el DT intentó llevarle serenidad a los simpatizantes argumentando que confiaba en "su recuperación", el permanente trabajo diferenciado del futbolista en Casa Amarilla, junto con el kinesiólogo Rubén Araguas, mantuvo la incertidumbre hasta pocas horas antes del choque de ayer en el Defensores del Chaco.

"Román es distinto, es el as de espada que tenemos y si él juega bien, todo se nos hace más sencillo", reconoció hace unos días el capitán, Martín Palermo. Es que, en lo que va del actual semestre, no parece haber otro jugador capaz de tomar las riendas del equipo como lo hace el ex enganche de Villarreal, de España. Sin dudas, el mediocampista es el líder del conjunto xeneize. Casi todo el juego pasa por sus pies y no cesa de brindarles consejos tácticos a los más jóvenes.

"Para un pibe como yo es increíble, porque es un ídolo para todos y un gran referente. Además, es como un técnico adentro de la cancha. Porque habla mucho y te marca jugadas o cositas, que a los pocos minutos pasan. Es un jugador fantástico", describió Nicolás Bertolo en una entrevista con LA NACION.

Por todo ello, la probable ausencia de Riquelme en el desquite contra Libertad alarmó a los xeneizes. Sin embargo, y pese a sus claras dificultades atléticas, el N°10 salió a jugar como titular. En el primer período, se movió con cierta libertad -aunque Víctor Cáceres fue el encargado de tomarlo, los paraguayos lo respetaron en exceso-, pero se mostró intermitente y lento en el traslado de la pelota. Remató en un par de oportunidades al arco defendido por Jorge Bava, pero sin demasiadas consecuencias.

Pero en el segundo tiempo, cuando Boca acentuó su dependencia con el N° 10, éste no defraudó. A los 16 minutos y literalmente en una pierna , se las ingenió para consumar un golazo. Recibió la pelota de espalda pocos metros en el campo rival, con un giro se sacó de encima a Cáceres y luego de una diagonal endemoniada batió a Bava con un remate fortísimo de derecha. Festejo esperado y desahogo soñado para los jugadores xeneizes, que a partir de allí se serenaron, ampliaron la ventaja (definición de Palacio) y manejaron el encuentro con holgura.

Algunos se podrán preguntar, ¿cómo hizo Riquelme para jugar lesionado y encima marcarles el camino del éxito a sus compañeros? Sólo los elegidos y talentosos como él pueden hacerlo. Gracias a él, Boca revivió en Asunción...

Román: "El equipo demostró mucho coraje"

"Fue muy importante haber ganado en este estadio complicado. Lo más valioso era lograr la clasificación. El equipo demostró mucho coraje. Ahora queremos seguir luchando en los dos frentes hasta el final", dijo Riquelme, la gran figura, tras el éxito frente a Libertad.