lunes, 7 de mayo de 2007

Hay corazón



Riquelme asustó a todos cuando se quedó dolorido en el piso. Tranquilos, podrá estar con Vélez.

Cuántos corazones se habrán detenido por unos segundos cuando vieron que a Juan Román Riquelme le dolía en serio y no se levantaba del piso? ¿Cuántos habrán lanzado un insulto al aire (y por qué no a Russo) pensando en la revancha con Vélez y todo lo que viene? La respuesta parece sencilla: todos los hinchas de Boca. La apuesta del técnico casi sale muy mal y no porque Argentinos se había puesto 2-0 en 24 minutos de juego. Sino porque casi pierde al mejor jugador, al único capaz de ganar partidos solo, más allá de que anoche estuvo lejos de demostrarlo.

Román volvió a jugar en la misma cancha en la que construyó sus sueños de futbolista (jugó ahí en las Inferiores del Bicho) pero poco pudo hacer. En gran parte porque tuvo un partido muy impreciso, y también porque el Chipi Ortigoza le hizo una pegajosa marca personal. "Caruso me pidió que me le pegara. La única misión que tenía era seguirlo y me parece que lo hice bien. Traté de pensar que no era Riquelme porque para mí es un fenómeno. Lo noté un poco fastidioso", dijo el perseguidor.

De todo lo que mostró Riquelme en los partidos anteriores, esta vez sólo se vio un par de pases con su sello y una peinada que casi se mete por arriba de Pontiroli. Ni siquiera aprovechó su pegada en los tiros libres. De ahí que la acción más importante que lo tuvo como protagonista fue a los 21 minutos del segundo tiempo: saltó a cabecear un pelotazo y Scotti le entró duro. Cayó mal y se dobló el tobillo. Como Román no es de hacer teatro, todos se asustaron. Palermo se acercó y le hizo señas al banco. El 10 salió caminando solo, pero rengueando, y se tiró al piso delante del banco. Pero se levantó y respiraron todos: un entorsis en el tobillo izquierdo. "Por momentos me duele pero voy a llegar", dijo. Uff.

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