jueves, 21 de junio de 2007

Topo Juniors

Riquelme festeja y los Topitos lo siguen en fila. Román dijo que extrañaba ganar y ya no hay más añoranza: campeón de América y sus compañeros le rinden culto.

El Topo Gigio es un personaje animado italiano que perduró y sobrevivió en la televisión argentina. Su existencia es anterior a los tiempos de esplendor de Juan Román Riquelme, claro, pero renació una tarde épica en la Bombonera en la piel de su festejo. Desde ese superclásico de abril del 2001 quedaron eternamente identificados Riquelme y Gigio, Boca y el ratoncito, el pasado y el presente, la ficción y la realidad. Tan identificados que los propios compañeros de Romy, a modo de homenaje, pusieron sus manos en las orejas para despedir al gran ídolo de Boca. Y el gesto, admiración, placer, gratitud, resume todo lo que sintieron estos seis meses a su lado.

Apareció Neri Cardozo, expresión boquiabierta, como abanderado de los Topitos. Ever Banega se metió en el auto, para evitar las cargadas, pero aceptó gustoso con la intención de sacarle una carcajada a ese hombre que lo aconsejó, y retó, en estos meses de convivencia. Clemente (Rodríguez), con manos y sin la mulatona, se puso meloso: "Román contagia mística. Fue fundamental para llegar a esta final". Bruno Marioni pidió la digital para ver cómo salieron sus compañeros, para divertirse antes de la publicación de la nota, y luego se sumó al tributo. "A veces lo disfruté en la cancha y otras desde el banco. Y, entre los suplentes, comentábamos las cosas que hacía con la pelota. Siempre es un placer verlo jugar".

Nadie mejor que los hinchas de Boca sabe lo que significa ese festejo con manos en las orejas. Nada mejor que este modesto homenaje de sus propios compañeros para darle las gracias por todo a Román.

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