Román perdió

"Es como si hubiéramos perdido", se lamentó Riquelme. Y más de una vez habló del 2-2 como una derrota. Igual, dijo: "Todavía falta".

No es un tipo que acostumbre a exteriorizar sus emociones. Pero no hubo necesidad de muchas muecas para comprender que no le simpatizó haber sido reemplazado (a los 32' por Orteman) y menos le gustó después, cuando Racing empató ya en el descuento. Y se notó, no en su rostro, pero sí en sus palabras: "Para nosotros es como si hubiéramos perdido". Y ya no estuvo feliz.

"Si el partido hubiera terminado 2 a 1, ahora no me estarían preguntando por el cansancio. La semana pasada ganamos en Rosario y dijeron que era un partido de campeón.... Ahora porque perdimos un partido no sé que van a decir". Sí, dijo así: "Ahora que perdimos un partido...". Hay algo que es cierto: él jugó otra vez para campeón. Porque fue otra vez el dueño de las pinceladas, esas que con un sutil toque de diestra demuestran que cualquier cancha le queda chica. Pero también se hizo cargo de sus propias falencias: si se le recriminaba que no estaba pateando al arco, ayer el 10 le dio el gusto a quienes lo cuestionaban. En la semana, hasta lo había charlado con Miguel Russo: "El siempre prefiere dejar mano a mano a un compañero", explicaba el DT. Esta vez, Romy también lo hizo. Pero, además, se animó patear desde donde la pelota le quedara de frente al arco. Así lo hizo a poco de comenzar el partido, con un tiro de media distancia que se fue por arriba. Así metió un tiro bárbaro en el travesaño, segundos después de haber empatado el partido con un golazo propio (pared con Palermo incluida). Dejó desairado a Sosa para definir cerca del palo izquierdo del arquero. Y hasta cambió roles con Palacio, recibiendo un centro de Rodri que se fue lejos.

"Yo también sabía que él era el mejor jugador de la cancha. Si no lo hubiese sacado, me habrían preguntado por qué lo arriesgué", explicó el DT en la conferencia. Román también puso tranquilidad: "Esto es largo y todavía falta. Ahora pensamos en Vélez".