lunes, 23 de abril de 2007

Riquelme defiende sus principios


Riquelme brilló con sus pases en el PT, se cayó un poco en el segundo, pero volvió para enfriar al final.

A Román Riquelme ayer le pasó algo parecido a lo que ocurrió con River y Vélez, en los anteriores dos partidos, y que parece una consecuencia del desgaste que hace en las primeras partes: brilla en el primer tiempo y pesa mucho menos en el segundo. Ayer, en Rosario, dio un concierto de pases y asistencias en los primeros 45. Algunos, como uno a Neri a los 35', de primera y tan rápido que no llegó a tomarlo la repetición de la TV en cámara lenta, y otros dos bombeados para Palermo. Todos sutiles. Y pecó de generosidad con otro al centro del área que pedía remate al arco derecho. Boca jugó al compás de Romy. Y, como ante River, pudo haber goleado en esa primera parte.

Sin embargo, en el segundo tiempo, tal vez consecuencia de esa gran movilidad para para mostrarse libre para recibir y armar el juego, disminuyó su rendimiento. Si bien intervino en el golazo de Palacio, también es cierto que participó menos del juego de Boca. Igual, al final, apareció otra vez para poner hielo en esos minutos calientes. Pelota bajo la suela, acá no pasa nada y triunfo al bolsillo. Con el sello de Román.

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