lunes, 19 de febrero de 2007

La llegada de Román Riquelme origina una locura en Argentina


El mundo Boca, como les gusta decir en Argentina, se encuentra exaltado por el regreso de Juan Román Riquelme. Su sola presencia ha motivado aún más el ánimo de los aficionados y trajo también un esfuerzo mayor a la economía del club, aunque también un acierto comercial.

“Que no me digan cartonero”, dijo Mauricio Macri, presidente ‘xeneize’, cuando se conoció que se concretaba el pase que costará al club dos millones de dólares por seis meses. Es el pase más costoso que ha realizado Boca, que ahora busca la forma de financiar el semestre de Riquelme.

No se ve una tarea tan difícil. Boca, en la era Macri, es una máquina de hacer dinero. Y con la firma de Riquelme, los réditos ya comienzan a verse.

En los almacenes alrededor del estadio de Boca Juniors, ya están a la venta las camisetas con la imagen de Riquelme. En el techo del local del ex famoso barra brava, Quique, celebra el gol con su inmortal Topo Giggio.

Orlando Salvestrini, del Área Comercial de Boca, tiene la fórmula: “pasión y espectáculo”. Y en cuanto a la pasión, es seguro que el “bostero-bostero”, que no son pocos, no defraudará.

Una amplia gama del ‘merchandising’ se expandirá. Teléfonos móviles y pizzas con el rostro del nuevo diez aparecerán en las estanterías. Nike, la confeccionadora del uniforme, pondrá en venta más camisetas porque aumentó la venta de la 10.

Por lo menos en concepto taquilla, el hincha ya respondió. El viernes, en menos de dos horas, se agotó el remanente de 2 000 entradas que un grupo de
los más de 60 000 socios que tiene el club no canjeó. Y el miércoles, mientras Boca estaba en La Paz para enfrentarse con Bolívar por la Copa Libertadores, no menos de 100 personas llegaron hasta la Casa Amarilla para alentarlo con el tradicional “Riqueeelme-Riqueeelme”.

“Es lo mejor que le pudo haber pasado a Boca. Ahora vamos a ganar todo. Para mí es lo más”, dice Ariel Olmedo, de 19 años, trepado a la valla de Casa Amarilla.

“¡Román, Román!”, lo llamaban. El jugador alzaba la vista y él los saludaba desde lejos. Entre los hinchas un grupo de seis se apuntan con el dedo. “¿Te acordás, allá en San Fernando (el barrio del jugador)?”, le dijeron. Una sonrisa, algo no muy frecuente del jugador y media vuelta, hacia el quincho a comer un asado.

“No me puedo olvidar de sus jugadas, de sus goles, de cómo pisa la pelota, del caño que le hizo a Yepes, el colombiano de River”, decía Rubén Rubiño, de la provincia de San Juan.

Hugo Quinteros trajo a sus dos hijos a la Casa Amarilla, para que “cada día se hagan más fanáticos” y recuerda algo: “Los ‘gallinas’ (así le dicen a los de River) argumentan que Riquelme es un amargo, que no se divierte, pero es mentira. Él es diferente, está en nuestro corazón”, decía, mientras al lado, Emmanuel, de 19 años, añadía: “A casa, volvió a casa”.

Si Román juega como se entrenó el jueves, será sin duda ese aporte para la Libertadores y el torneo local. Y, al menos, según Marcelo Trobbiani, el ex 10 de Barcelona y asistente del DT Miguel Russo, “vino motivado y aporta al equipo cosas que tal vez no teníamos. Esperemos que con el entusiasmo con que está entrenándose dé mucho a Boca”.

Sobre Riquelme pesa una crítica: es el mayor responsable de lo que ocurrió a Argentina en el Mundial 2006 y por su apatía al jugar. “Él es talentoso, con mucha velocidad mental, cosa que muchos no tienen. Jugó cuatro años en Europa y llegó a la semifinal de la Champions. Está capacitado para jugar en cualquier lugar del mundo”, finaliza Trobbiani.

1 Topos Gigios:

Anónimo dijo...

buenisimo el blog la verdad,te felicito me gusta mucho.Y obvio estoy re contenta con la vuelta de romy a boquita,pense q nunca iba a volver,y la verdad todavia no puedo creerlo.