domingo, 25 de febrero de 2007

LA CLASE DE ROMÁN



La clase de Román

En el segundo partido tras su regreso, mostró todo su talento. Definió el encuentro en un minuto con dos pases que llevaron su sello y sirvieron para dar vuelta el resultado.

Alguien se animaría a invertir casi cien pesos sólo para disfrutar sesenta segundos? Juan Román Riquelme percibe 99,36 billetes argentinos por minuto. Sin dudas, se puede decir que su tiempo vale oro . Pero también es posible ensayar otra lectura. En ese mínimo lapso, este hijo pródigo, este hombre que despierta admiración de tribunas propias y ajenas, definió el partido. Entonces, Román no tiene precio . Se desembolsaron seis millones por apenas 138 días, es cierto. Sin embargo, su clase, su fina estampa, su toque sutil, su claridad mental es impagable.

Dos pases exactos, milimétricos, con instinto de potrero e inteligencia de crack . Dos asistencias que en un minuto, a los 41 y a los 42 del primer tiempo, revirtieron una historia que se había empezado a escribir con el lápiz roto para Boca. Porque Independiente no sólo se imponía en el resultado, también en el juego. Pero ahí estaba él , con su rapidez mental para capitalizar un tiro libre y habilitar a Neri Cardozo, que tenía la mirada fija en un rincón del arco de Oscar Ustari. Pero ahí estaba él , para jugar con precisión a máxima velocidad para dejar mano a mano a Rodrigo Palacio con el arquero rojo. Si es cierto que el éxito de un enganche depende de la definición de sus compañeros, ayer Román puede estar más que satisfecho.

"No teníamos que sufrir tanto. Manejamos la pelota, se nos complicó con la expulsión de (Ever) Banega. Juega bien el chico, lo vamos a ayudar para que mejore cada día más. Estoy muy feliz por este partido". Con frases sencillas, tanto como su juego, Riquelme expresó su alegría en el vestuario. Ya se había descargado con un grito que contuvo en el festejo al Topo Gigio . Seguramente lo reservará para uno suyo. Pero el segundo gol, el de Palacio, lo sintió como propio. Porque pegó un salto con el puño apretado, como si el que la hubiera empujado a la red hubiera sido él mismo. Y lo abrazó a Rodrigo con la más pura sonrisa.

Se habrá enojado Román . Por ese recibimiento hostil de los hinchas de Independiente. Por ese grito de "pecho frío" que se extendió por todo el estadio de Racing le llegó al corazón como un puñal. Por esa bandera blanca que lo ratificaba con hirientes letras rojas: "Coco: Riquelme es argentino, pero pecho frío".

Será por eso, entonces, que desplegó su magia en un minuto. O simplemente porque cuenta con un plus que sólo es patrimonio de los elegidos: la jerarquía técnica en su máxima expresión. Con ese atributo le alcanzó ayer para resolver el partido.

No lo marcó a presión Independiente. Mariano Herrón, a quienes apuntaban como el mejor perseguidor q ue haya tenido Riquelme en su carrera, le cometió una infracción al minuto de juego. Lo siguió atentamente, es verdad, pero no le hizo sombra. El volante estuvo alerta y en muchos pasajes hasta les indicó a sus compañeros que lo siguieran. Varias veces le quitaron la pelota en la zona. Y cuando ingresó el pibe Adrián Calello tuvo una mayor oposición. Sin embargo, frotó su lámpara y dejó mano a mano a Palacio, pero tapó Ustari. Fue antes del gol, claro. Y casi empata con un cabezazo a colocar que se perdió muy cerca del arco rojo, después de un centro de Hugo Ibarra. Hasta que llegaron sus pases fantásticos, claro.

Entonces, se pronunció su hinchada, la que lo ama, y su apellido se hizo melodía en la noche del sábado. "Riqueeeelme, Riqueeeelme" , se escuchó en la popular visitante, donde estaban su gente y sólo una parte de La Doce porque Rafa Di Zeo y otros barrabravas procesados por la Justicia no pudieron ingresar por disposición del titular del CoProSeDe, Mario Gallina. Y él agradeció, con la mano en alto, cuando fue reemplazado por Guillermo Marino en el segundo tiempo.
Señores, Román está de vuelta. Claro, pero el mejor.

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