lunes, 5 de marzo de 2007

Romy en los diarios


Esta vez le salió todo Romal...

Riquelme no tuvo un buen partido. Bien controlado por Ledesma y Cía., no desequilibró y se lo notó cansado.

No fue la tarde de Boca. Y tampoco la de Riquelme. La segunda apreciación está íntimamente relacionada con la primera. Porque con Román apagado, errático y hasta algo impreciso (raro en él), su equipo perdió claridad y protagonismo. ¿Influyó la correcta marca de San Lorenzo o quizás el cansancio producto de haber jugado dos partidos en 72 horas luego de mucho tiempo? Al parecer, en su baja producción hubo un poco de cada cosa...

Sonría, lo estamos vigilando. Ese podría haber sido el cartelito dirigido hacia Román de parte de sus rivales. No tuvo un jugador que se moviera como su sombra de acá para allá. La idea de Ramón Díaz fue presionarlo en zona. Pero cada vez que tomaba contacto con la pelota, generalmente de espaldas al arco de Orión, ya tenía dos tipos encima. La mayoría de las veces, por una cuestión de ubicación geográfica, Ledesma era el encargado de custodiarlo. Su ex compañero en las Inferiores de Argentinos lo maniató y le hizo perder varias veces la bocha. Igual, si el Lobo no estaba, siempre aparecía otro rival para encerrarlo.

Caído en la trampa de San Lorenzo, Román tampoco mostró resto físico o movilidad como para escapar. Y ahí asomó el tema físico. No solía (ni en Boca ni en Villarreal) jugar miércoles y domingo. Esta semana sí lo hizo. El jueves en una cancha pesada como el Gasómetro. Ayer, en un campo de juego que no tenía el pasto alto pero que no se veía parejo. Habrá que ver si el desgaste con Cienciano no lo perjudicó en el choque de ayer.

En las pelotas paradas tampoco pudo desequilibrar. De seis tiros libres sólo pateó uno bien: dio en el travesaño. Después del 0-1 se fue apagando. Ramón metió luego a Acevedo para que Romy no la tocara. Ya no hacía falta.

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